En el Pajonal
Me recosté en la Pata del Diablo.
Grité, con profundo dolor:
¡Hasta verte Cristo mío!
El aguardiente quemó mi garganta.
Ardieron tripas, vísceras, furia y fuego…
- Esta noche te vi –maldita- con otro; revolcándote en el pajonal.
viernes, 23 de abril de 2010
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