miércoles, 23 de marzo de 2011

Crítica de Arte

Análisis: «Las Perlas caídas»
Obra Pictórica Expresionista




Título: «Las Perlas Caídas»
Autor: Muralista y Grandes Formatos, Pintor LUIS MILLONES
Género: Expresionismo Abstracto de Técnica Mixta
Tema: Simbolismo crítico de la modernidad


Análisis: Millones en esta obra realizada durante el 2010, nos rebela su faceta crítica y política: Ha focalizado un hito histórico que representa la modernidad, dentro del universo discursivo de la Pintura. La Diosa-Mujer, «La Libertad» guía al pueblo en el asalto al poder político del Estado… (se localiza entre los episodios preliminares de la Revolución Francesa, Delacroix, épica fundacional del Iluminismo).
Millones, se suma a los desencantados del proyecto iluminista; toma a esta Diosa-Mujer y opera en ella, alteraciones que representan –a su juicio político y estético- el fracaso de la modernidad: “No se han cumplido las tan anheladas aspiraciones de la razón: La injusticia ha impedido el paso a la igualdad y la fraternidad, el sojuzgamiento del hombre que coarta la dignidad y el desarrollo cualitativo de la humanidad, las hambrunas aún reinantes no obstante los grandes avances tecnológicos y la precarias condiciones de vida de amplias mayorías, etc..

La Diosa desprovista de su gallardía y liderazgo, gira su rostro sobre el hombro derecho y cae, mostrando en su piel los estragos de la guerra. La desarmonía que se dejan observar en los pechos: uno destacado y pletórico, el otro apocado y ceñido por un arnés o algo que se le asemeja. No se luce la enseña patria, la bandera, que recuerda lo sagrado en medio de la lucha a los combatientes... Y, en el suelo, -claramente-, se destacan cuatro perlas arrojadas, desprendidas del collar de la Diosa: «Liberté, Égalité et Fraternité»… La cuarta perla representa “La Desesperanza” o “El Paraíso Perdido de la Razón” que nos sume en el mundo encabritado de la sinrazón.

La Libertad como elemento figurativo emerge de las brumas del tiempo. Estas brumas han malogrado las sanas aspiraciones de los pueblos. El simbolismo se hace claro y diáfano; en el primer plano, alambres de púas (no hay dudas) coartan la autonomía de la mujer que mira con un solo ojo como rehuyendo la mirada.

¡No es para menos!, a todas luces la escena representada muestra: «encerramiento, uso y abuso de la fuerza, privación de libertad»

Alonso García-Risso
Escritor & Poeta

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